Avistamientos de Osos

Observación del oso pardo en el Valle de Laciana

El tramo de la Cordillera Cantábrica, que comprende el Valle de Laciana, es un territorio bendecido por la fortuna.

De las muchas especies animales que preserva este territorio hay dos que tienen carácter especialmente simbólico: el urogallo y el oso pardo.

El área osera del occidente cantábrico abarca de orden de 2800 Km2 pero la mayor densidad de población se concentra en los valles y bosques de los municipios de Villablino, Palacios del Sil y Páramo del Sil en León.

La observación del oso solo debe intentarse bajo condiciones muy estrictas, desde la distancia, en silencio, sin dispersión del grupo de espectadores y usando los instrumentos ópticos adecuados.

Por lo general, es difícil toparse con un oso en el monte, pues sus finos sentidos,  le permiten captar desde lejos, la presencia del hombre,  alejarse  y evitar “su peligro”.

Frente a una situación concreta de riesgo, la ciudadanía “contará con la administración, que tendrá un protocolo de actuación a través del 112, y con la colaboración de la patrulla oso”.

Si se toma un oso de cara  lo peor que puedes hacer es quedarte quieto esperando sacar una buena foto -explica Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP)- «recomendamos ahí hacerte notar, moviendo los brazos pero sin resultar amenazador y, si el animal no busca otra ruta, mejor apártate tú de ella».

No aproximarse a las crías, pues cerca andará una madre que puede arremeter.

 No llevar el perro suelto, pues puede jugar con los esbardos y armarse una buena con su madre…

No entrar en un agujero descubierto en las rocas, por si resulta ser una osera.

El 24 de febrero de 2017  la Consejería de Desarrollo Rural, que contó con la participación de la Fundación Oso Pardo y la Fundación Oso Asturias,  inaugura un ciclo de jornadas informativas que llegarán a todos los concejos oseros.
Frente a un oso hay que hacerse notar y evitar ser agresivo, dicen los expertos.

El presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, opina que ante la presencia del oso, “hay que identificarse, decirle ‘hola, oso, ¿adónde vas?’, para que te vea, entonces cambiará el camino con total tranquilidad y naturalidad”. 
En ningún caso se debe mostrar una actitud agresiva en la que el oso pueda sentirse amenazado “porque si la distancia es muy próxima intentará defenderse, por eso es importante no tirar palos, ni piedras, y en el caso de un cazador no disparar al aire para ahuyentarlo”

Mamífero perteneciente a la familia de los úrsidos Se trata de un animal noble, cauto y silencioso. Es el mayor mamífero de la fauna asturiana y fue el mayor trofeo de caza (apartado 4) desde tiempos remotos.

Tiene un olfato extraordinariamente agudo y es su sentido más desarrollado, pudiendo detectar a gran distancia sus fuentes de alimento, amenazas y el estado sexual de su especie.

Junto al urogallo, y el lince son las  las especies con mayor peligro de extinción de la fauna española.

Es un animal, plantígrado que al caminar, al igual que el hombre, apoya la planta de sus pies. Tiene  aspecto macizo, orejas cortas y redondeadas, cola corta y un pelaje muy abundante y espeso, ágil con gran rapidez al galope y al verse acorralado ataca.

Tienen colores variados pero el más abundante es el pardo-amarillento y el marrón oscuro, teniendo en las patas una coloración más oscura.  Renueva su pelaje una vez al año, en verano.

El macho puede rebasar los 180 kg de peso, siendo la hembra de tamaño inferior, con peso entre 100-140 kgr. Un macho viejo puede medir 1 m. de alzada y  mas de 2 m. de largo.

El oso es omnívoro y un goloso ladrón de colmenas, tiene una dieta vegetal en un 85 %.  Tiene un olfato muy agudo, siendo su sentido más desarrollado está capacitado para escalar y  subir a los árboles con gran agilidad. Se puede erguir sobre sus patas traseras para acceder a determinados alimentos

Aunque está considerado como carnívoro, el oso también se alimenta de miel, frutos, bayas, semillas, insectos, zarzamoras etc. En primavera y verano pastan en los herbazales, buscan y comen insectos y larvas.

En otoño es un ávido consumidor de frutos secos y siente predilección por la castaña, aprovechando su alto poder calorífico para formar la capa de grasa que  superar el pediodo de hibernación  también   comen otros frutos del bosque como hayucos, bellotas, aumentando su masa corporal preparándose para hibernar.

Los ejemplares que hibernan en Asturias, pasan  unos tres meses sin comer y salen de la osera delgados, pero solo pierden la grasa acumulada en otoño, algunos llegar a perder 40 Kg. El músculo sigue intacto, pues el oso produce un inhibidor que detienen la destrucción de las proteinas de la musculatura, por ello conservan sus fuerza y capacidad locomotora intactas.

En invierno condiciona la osera con materia vegetal, reducen su ritmo respiratorio, 4 veces su ritmo cardiaco y bajan 4 ó 5 grados su temperatura corporal.

Es un animal nómada, pueden recorrer decenas de km en una noche en busca de alimento, encama en sitios insospechados.

En el invierno de 2015 a 2016,  los osos dejaron de hibernar  debido a el  buen tiempo, la abundancia de alimentos, en especial bellotas, y la ausencia de nieve, lo que ha   cambiado los hábitos de los plantígrados de la Cordillera Cantábrica .

En primavera y verano, pastan en los herbazales y buscan insectos o larvas.

A finales de verano acuden a las arandaneras o comen zarzamoras y diversas bayas en vaguadas y regatos.

En Otoño buscan frutos del bosque como hayucos, bellotas o castañas, muy ricos en energía, AUMENTANDO SU CAPA DE GRASA CORPORAL Y PREPARÁNDOSE PARA HIBERNAR.

Mientras hibernan, reducen a la mitad su ritmo respiratorio, cuatro veces su ritmo cardiaco y bajan su teperatura corporan hasta 4 o 5 grados.

Los osos son animales promiscuos. La época de celo tiene lugar entre  abril y junio, a veces  se prolonga hasta finales de julio o de agosto (observado  por equipo de FOP en 2.012).
Los machos recorren amplios territorios, rastreando con el hocico en el suelo en busca de osas receptivas.
Los equipos de la FOP han podido observar numerosos episodios de celo, en los que participaban desde una pareja hasta seis ejemplares simultáneamente.
Se cree que las hembras, para evitar el infanticidio copulan con varios machos diferentes para que no tengan certeza de su paternidad, y no ataquen en  la primavera siguiente a los oseznos, al reconocer a la hembra y considerar que podrían ser sus propias crías.
Una cópula completa incluye una o varias series de empujones pélvicos con eyaculación final, de duración variable: se han observado cópulas que duraron 45 segundos y otras que se prolongaron hasta 50 minutos.

El caso de la gestación de los osos, es muy diferente al humano, durante la primavera, machos y hembras mantienen encuentros en los que los óvulos van quedando fecundados, pero se mantienen sin implantarse en el útero hasta el otoño, mientras la osa va alimentándose en verano y otoño.

En noviembre, si la temporada ha sido buena y la osa está en óptima condición, los óvulos se implantan en el útero y es entonces cuando comienza la verdadera gestación, que apenas dura unas diez o doce semana.

Lo normal es que las osas pardas cantábricas tengan sus primeras crías entre los dos y los cuatro años de vida.  Suelen nacer de una a tres crías, con un peso de 300-400 gr.

Los oseznos nacen durante la hibernación  entre mediados y finales de enero, pesando alrededor de 350 gramos, indefensos  con poco pelaje, ojos cerrados, sin dientes y solo al cabo de un mes se parece a un adulto, permaneciendo con su madre en la osera.

Al cabo de dos o tres meses, la madre sale de la osera en busca de alimentos y el esbardo está en peligro pues los lobos, zorros y otros depredadores pueden atacarles.

Los esbardos  permanecen en la osera sin ser molestadas hasta abril o mayo, cuando, con un peso de 3 ó 4 kg, salen de la cueva para explorar el terreno en compañía de su vigilante madre. Estos días de primavera, los equipos de la FOP ya están detectando las primeras osas con crías del año activas en la Cordillera Cantábrica.

Entre enero y aproximadamente el final de abril, los oseznos son totalmente dependientes de su madre, no sólo para alimentarse, sino también para mantener la temperatura corporal y el resto de funciones vitales.

Cuando abandonan la lactancia, los esbardos se  alimentan  de bulbos, tubérculos, caracoles, insectos, etc se desarrollan con rapidez, antes de 18 meses, la madre se desentiende de ellos, dando comienzo un nuevo ciclo de apareamieno.
A los 4 años de edad ya son adultos y sus madres son grandes protectoras de sus crías que las defienden de forma violenta y agresiva, así y todo, a veces no pueden salvarlas de los machos, que las matan, para poder aparearse en la época de celo, como podéis apreciar más abajo en las noticias.

Su hábitat ideal es el bosque mixto, formado por hayas, robles y abedules, brezos, piornos y arándanos. Es un animal de hábitos nocturnos, siendo muy difícil el tropezarle en el monte.

Según  Jon Swenson (Montana, EEUU, 1951), director  del proyecto escandinavo sobre la investigación del oso pardo que lleva desarrollando más de 30 años (diciembre, 2.013),  afirma que en los osos hay una jerarquía. Están los machos adultos, que escogen su sitio lejos de los humanos.

Después las osas, que están para proteger a las crías, siguen los osos jóvenes, que pueden ser matados por los machos, por ello se alejan de ellos y se acercan a los pueblos, porque tienen menos territorio que escoger y prefieren estar alejados de los machos. También influye que la población esté creciendo.

La alimentación de los osos cambia según las estaciones

  • En otoño acumulan grasas comiendo hayucos,  castañas, bellotas, avellanas, etc. para pasar dormidos el invierno.
  • En primavera tienen que recuperar peso buscando carroña,  de ciervos y rebecos muertos por las nevadas, devorando hierbas tiernas, raíces,  musgos y helechos.
  • En verano comen cerezas, moras, insectos, miel, etc.buscan pareja y se refugian en los rincones más frescos.

Comen hormigas, hierba, cerezas, manzanas y frutos de pudios o escuernacabras, y visitan las carroñas de caballos, ovejas, corzos o jabalíes.  Los merucos contituyen casi un 60 % de su dieta alimenticia.

También se alimentan de  brotes tiernos de cereales, maíz, trufas, peras, manzanas, cerezas, bellotas, hayucos, castañas, nueces, serval de cazadores, nueces, pequeños mamíferos, miel, insectos, etc. y su hábitat ideal es el bosque mixto, formado por hayas, robles y abedules, brezos, piornos y arándanos.

Es un animal de hábitos nocturnos, siendo muy difícil el tropezarle en el monte.

Ante la escasez de  arándanos y otros frutos, los osos que habitan en las montañas lacianiegas en los parques naturales de las Redes, Fuentes del Narcea y en Somiedo han dado buena cuenta de las avellanas, a juzgar por los vídeos que la Fundación Oso Pardo (FOP) ha grabado. Las imágenes se tomaron a principios del  mes de octubre de 2.011, y desde la Fundación Oso Pardo aseguran que son muchas las personas que han visto a los osos subiéndose a los avellanos silvestres y rompiendo ramas para hacerse con las ablanas.

Aunque no es raro que los plantígrados se alimenten a base de avellanas, ese año han comido más que nunca, sabedores de que necesitan tener reservas para enfrentarse a la hibernación.

Año 2014

El oso se establece en el Parque Natural de  Redes.  El Instrumento de Gestión Integrado (IGI) de Redes ha constatado la presencia permanente de la especie en Tarna y prevé la posibilidad de determinar pagos por los daños que cause.

Se ha elaborado un mapa indicando el área de distribución del oso pardo, que hace unos años circulaba, pero no se asentaba.

En Redes se acomoda  entre la sierra del Mongayu, el cauce del  río Ablanosa hasta la confluencia con el arroyo Corralón. Pero se establece como área de distribución “potencial” todo el el Parque Natural de Redes, a excepción del entorno de los pueblos de Sobrescobio, partes altas de los concejos de Laviana y Aller.  (lne.es 29 julio 2014).

Año 2013

El Consejo Asesor del Oso, reunido el 21 de julio de 2014 ofreció el censo osero en 2013 , que disminuye levemente con respecto a 2012, lo cuál está dentro de la normalidad.

En 2013 nacieron un total de 38 nuevos plantígrados, cinco menos que en 2.012.

En 2013se contabilizaron por los motes de Asturias 21 osas reproductoras, frenta a las 23 contabilizadas en 2012.

 

A mediados de marzo del año 2014, probablemente como consecuencia de los datos de población de osos publicadas en marzo de 2013 (leer más abajo en año 2.013), el consejero de Fomento y Medio Ambiente de Castilla y León, ha declarado en comisión de las Cortes regionales, que uno de los datos que garantiza la recuperación de esta especie protegida es el incremento del número de osas con crías, con un crecimiento anual medio de un ocho por ciento tanto en la población occidental como en la oriental.

En la occidental, entre León, Asturias y Galicia, se estima que hay entre 180 y 200 ejemplares, con 29 osas con 56 crías, con un crecimiento anual del 10,6 por ciento; y en la oriental, en la montaña palentina, la oriental de León, e incursiones en Asturias y Cantabria, con unos 30 ejemplares, cuatro osas y seis crías, con una tasa de crecimiento anual estimada del 6,3 por ciento

Desde el PSOE, María Sirina Martín ha incidido en la población de la zona oriental, que en un 90 por ciento corresponde a Castilla y León, y donde “no se puede hablar de éxito que en veinticinco años haya cinco o diez ejemplares más”, con “una población que no sólo no ha avanzado sino que se ha estancado”.

Martin ha recordado que “la mayor parte de los grupos conservacionistas dicen que Castilla y León se ha aprovechado de la buena gestión del oso en Asturias, como a su juicio sostiene el mejor comportamiento de la población de la zona occidental, cuyo territorio mayoritario es el asturiano.

En los datos ofrecidos por la Consejería, se recoge que se ha comprobado la llegada, de forma incipiente, de ejemplares de la zona occidental a la oriental, con la reproducción de una hembra de esta última con un macho de la primera que ha dado como fruto dos crías.

En el 2013 también se ha producido la presencia de un oso pardo en la zona de la baja Cabrera, en Zamora, lo que no sucedía desde finales del XIX principios del XX y también de algún ejemplar en las inmediaciones de núcleos urbanos de la comarca leonesa de Laciana, con avistamientos asimismo en la zona norte de Burgos, el sur de León y el norte de Zamora.


2013

La población osera ha crecido de forma desigual en Asturias desde que se pusiera en marcha el plan de recuperación de la especie, hace ya dos décadas.

El núcleo oriental tiene 20 ejemplares, menos que hace veinte años, frente al despegue del Occidente, con 180 animales. «Pasa cualquier cosa y desaparece» advierte el FAPAS, que achaca el problema al desinterés de la Junta de la Comunidad Autónoma de Castilla y León

El número total de ejemplares se ha triplicado desde entonces, pasando de unos 70 a los más de 200 que, según estimaciones de distintas fundaciones, existen actualmente en la Cordillera Cantábrica.

La población occidental se expande con cierta velocidad y aglutina a unos 180 individuos, casi el triple que entonces, con «unas 50» hembras reproductoras

En la zona oriental se mueve al ralentí y permanece estancada con unos 20, una cifra «inferior a la de hace veinte años», y «tan sólo 6» hembras reproductoras,  según estimaciones del Fondo para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS). Su presidente, Roberto Hartasánchez, habla con preocupación y advierte del peligro de esta situación:

«Está absolutamente bajo mínimos en el oriente, literalmente al borde de la extinción », asegura con contundencia.

Hartasánchez achaca a la «elevada mortandad» el anquilosamiento de la población osera en esta zona de la Cordillera, que abarca territorios tanto de Asturias como de Cantabria y Castilla y León. Además, rechaza que las dos poblaciones estén incomunicadas:

«Estamos comprobando, a través de informes científicos, que existe contacto entre los dos núcleos. Tenemos prueba de la presencia de, al menos, dos hembras reproductoras en el oriente que proceden del occidente», afirma. «La comunicación existe, pero es tan fuerte el número de abatimientos que esa penetración desaparece», añade.

En este punto, el último estudio sobre el perfil genético del núcleo reproductor, elaborado por el laboratorio de citogenética y genética molecular de la Universidad de Zaragoza, a instancias del FAPAS, confirma esta relación entre estas dos poblaciones al punto de que «el núcleo oriental mantiene sus efectivos reproductores a costa de nuevos ejemplares procedentes de la zona occidental».

Año 2012

El éxito de la recuperación del oso pardo cantábrico se está fraguando en la zona occidental de Asturias, donde la población está por encima de los 150 ejemplares, según los datos del FAPAS. El problema sigue estando presente en la parte oriental, con 20 ó 25 osos, en zonas lindadas entre Asturias y Castilla y León, una situación «muy crítica».

Medio Ambiente mejora el paso para que los osos salven la autopista del Huerna  en agosto de 2.012, el Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Red Natura 2000, hace una inversión de 1.4 M€., para mejorar el corredor entre poblaciones de oso pardo en Pajares.

La actuación incluye la repoblación de árboles y una limpieza integral, para la protección de animales en peligro que se han acometido en el parque natural de Las Ubiñas-La Mesa.

El objetivo del proyecto es «conseguir conectar los dos núcleos oseros del Occidente y el Oriente». «Es en el Huerna donde se produce esa fragmentación, por lo que tenemos que mejorar el flujo faunístico» La actuación prevista incluye un desbroce integral de toda la maleza que pueda obstaculizar el tránsito de los plantígrados.

También se plantarán árboles «de especies fruto carnosas». En las reforestaciones abundarán ejemplares de cerezo silvestre, mostajo, manzano y peral silvestre y otras especies que faciliten la alimentación del osos.

En el año 2.012  se batió el nivel de reproducción osera, de los últimos años, contabilizándose siete hembras que parieron once oseznos. Así lo ha constatado el Fondo Para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS) con sus vigilancias permanentes mediante cámaras. La buena marcha de la población osera en el municipio se debe las políticas de conservación desarrolladas desde el Parque Natural, convertido también en Reserva de la Biosfera.

«En Somiedo los osos no tienen excesivas molestias, es un parque muy tranquilo con zonas de montaña donde no se permite el acceso a las personas lo que da tranquilidad para la supervivencia de los animales».

Otro factor es la gran producción de alimentos óptimos para la supervivencia de los osos,  los bosques de robledales que este otoño han producido una cosecha extraordinaria de bellotas.

Pese a la buena noticia, el seguimiento a los esbardos y sus madres por el municipio suroccidental refleja que al menos dos han muerto, aunque «es muy normal en el mundo salvaje, no todo lo que nace sobrevive». Los equipos fotográficos de FAPAS detectaron la presencia de algunas de estas osas con sus crías, sobre todo durante el mes de enero e incluso con abundante nieve.

Año 2011

En la cordillera Cantábrica en el 2.011  viven unos 200 osos, de los que alrededor de 150 integran la población occidental, asentada básicamente en el suroccidente asturiano. El resto compone la población oriental, repartida entre León y Palencia (ver plano adjunto).

 Los ejemplares de ambos «bandos» poseen una genética diferenciada y aunque han permanecido aislados casi un siglo desde hace diez años se relacionan. 
De hecho, el fruto son dos osos «híbridos» encontrados en 2008 de padre occidental y madre oriental. Éstas son algunas de las conclusiones del estudio realizado por la Universidad de Oviedo y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para el Gobierno asturiano entre 2007 y 2010, y que aporta la primera cifra realmente fiable sobre la población osera.
 Los datos están sustentados en la certeza que aportan los estudios genéticos. Para conseguir determinar científicamente el número de ejemplares que integran la población osera y sus características genéticas, los investigadores han empleado un sistema de «captura» basado en el rastreo y análisis de pelos y excrementos, según explica el biólogo, Javier Naves, uno de los directores del estudio por parte del CSIC, junto con Miguel Delibes y Alberto Fernández-Gil.
 
Para calcular el total de la población -contando los individuos a los que no se ha tenido acceso- se hicieron recapturas de muestras y según la probabilidad de hallazgos de individuos nuevos y de repeticiones en los sucesivos análisis se fijó que la población oscila entre 195 y 210 ejemplares. 

La profesora de la Universidad de Oviedo Ana Domínguez, directora del estudio por la parte universitaria, señaló que el número de osos detectado hace la población viable a corto plazo. Pero no a medio y largo plazo.

Las dos poblaciones oseras han vuelto a conectarse, por el aumento de ejemplares registrado en los últimos años. «Hay más, se mueven y por tanto existen más posibilidades de que se encuentren», indica Naves.

La nueva situación plantea retos y problemas. Uno de ellos trata sobre a dónde van a vivir los nuevos ejemplares que nazcan. Naves opina que Asturias tiene un hábitat potencial en el Oriente. Sin embargo, la creación de un nuevo núcleo intermedio de población en la montaña central asturiana no parece fácil a priori.

«Son zonas con bastante presencia humana y bajas figuras de protección, la preservación de los espacios naturales ha sido clave para la reproducción de los osos», indica.

También advierte que aunque los datos son positivos, la presencia de osos no está garantizada. «Aún tenemos un número muy pequeño de animales y cualquier alteración que se produzca en la naturaleza o las malas condiciones fisiológicas son un riesgo para ellos».

A ello se añade que la fauna salvaje no recibe asistencia veterinaria y eso le resta posibilidades de supervivencia. Hace quince años, cuando el conteo de osos se hacía con estimaciones indirectas, tomando como referencia las madres con crías, la población en la zona occidental era de unos setenta ejemplares, como consta en la tesis presentada por Naves en 1997, relativa a datos recabados en 1995.

El porcentaje de diversidad genética de los osos del occidente de la Cordillera es del 45 por ciento, tomando como referencia el promedio de poblaciones de osos de Norteamérica o Escandinavia.

La diversidad genética de los del Oriente es del 25 por ciento, la más baja en términos comparativos. El reto para los próximos años es la identificación de los pasillos o corredores por los que los machos migran entre el Occidente y el Oriente, así como la prevención de daños en la apicultura, agricultura y ganadería.

El Principado descartó reintroducir osos de otras procedencias, así como la alimentación artificial, «eso ya no está en el debate».



La única fórmula para que los montes de Redes vuelvan a albergar osos de manera estable es que haya hembras reproductoras y  habrá que traerlas de otras zonas de la región
 Esa es la reflexión a la que llega el Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), que el año 2.009  puso en marcha un plan para mejorar el hábitat de los plantígrados en Caso y Sobrescobio
El programa -iniciado con la construcción de zonas de colmenas y que proseguirá con la plantación de 8.000 árboles frutales al año- pretende hacer más atractiva la zona a las poblaciones oseras aunque, como constata Roberto Hartasánchez, presidente de FAPAS, «mientras no haya hembras reproductoras no habrá nada que hacer». ……
La segunda fase del plan, que arrancará en enero de 2.009, en Sobrescobio, consistirá en la plantación de árboles, fundamentalmente cerezos y robles, en fincas de Redes, con el objeto de mejorar el hábitat de los plantígrados y suministrarles alimento.
 «En 2011, esperamos plantar unos 8.000 árboles y que esa cifra se mantenga en años sucesivos, siempre y cuando sigamos contando con la colaboración de las empresas e instituciones privadas que apoyan el programa», argumenta Hartasánchez.
El representante de FAPAS también hace hincapié en otros objetivos menos tangibles. «Queremos sensibilizar a la gente para que venza sus reticencias y vea que, como ocurrió en otras zonas de Asturias, recuperar al oso es beneficioso para la zona»

La presencia de los plantígrados en la zona central de la región es ya más que habitual y el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) ha identificado en lo que va de año cerca de una treintena de ejemplares en los concejos de Santo Adriano, Proaza y Teverga.

La progresión demográfica del oso pardo en los últimos diez años en esta zona de conexión entre las subpoblaciones occidental y oriental ha sido espectacular. Si en 2004 se localizaba por primera vez una osa con crías en este territorio, siete años después (a lo largo del primer semestre de 2.011) se han avistado cuatro hembras con un total de siete esbardos, «estos datos confirman la evolución positiva de la población de oso pardo y su recuperación en los valles del Trubia».


 La ONG conservacionista Fundación Oso Pardo (FOP) apuesta por llevar osos de la población occidental a la oriental para conseguir «un cruce artificial» y favorecer la recuperación del subgrupo oriental, a marzo de 2.014 esta posibilidad está deshechada por la mayoría de los expertos.

El oso se pasea por los montes de Aller y Lena . Está constatado. Durante los últimos tres años 2.009 a 2.011  los técnicos de la «patrulla oso» han detectado hasta ocho presencias de plantígrados según los datos que manejan los responsables del proyecto «Life+ Corredores Oso». Además han comprobado que algunos ejemplares lograr superar el obstáculo de la autopista del Huerna en sus desplazamientos por la zona.

Todos lo ejemplares localizados en el corredor interpoblacional e identificados mediante análisis genéticos son machos. Los expertos señalan que el origen y motivación de estos movimientos entre las dos subpoblaciones podría ser la búsqueda de hembras receptivas durante la época de celo o la dispersión de ejemplares jóvenes que buscan espacios para iniciar una vida independiente……

El tránsito entre subpoblaciones no es sencillo ya que en el corredor hay grandes infraestructuras como estaciones de esquí, líneas de ferrocarril, pantanos o carreteras.

Entre esas últimas destaca la Autopista del Huerna (AP-66), con sus dos calzadas, grandes desmontes y doble vallado perimetral. Una barrera impenetrable para el oso si no fuera porque está salpicada de túneles y pasos inferiores.

«Varias de las localizaciones del plantígrado en el corredor durante el proyecto Life+ han sido cerca de la autopista y se ha confirmado el paso de individuos por varios túneles, e incluso el cruce a nado del embalse de Barrios de Luna», señalan los autores de estudio.

«Los osos en el corredor interpoblacional», que destacan que «en mayo de 2010 pudimos observar un rastro entre la autopista y el embalse, pasando de largo frente a dos angostos pasos inferiores y cruzando finalmente por un paso inferior de una carretera local, a escasos metros de un pueblo. No eran en absoluto las mejores condiciones de permeabilidad, pero el oso consiguió su propósito»

 

Año 2010

El oso pardo amplía senda por el Concejo de  Grado. Se trata de una ruta inusual para este plantígrado, lo que no ha impedido que en los últimos días varios vecinos hayan avistado hasta cuatro ejemplares cerca de núcleos poblados.

Según los expertos, se trata de la primera osa que ocupa, desde hace muchos años, de forma continuada esta zona y que también visita con frecuencia el concejo limítrofe de Belmonte de Miranda.  No es la primera vez que el oso pardo se sale de sus itinerarios naturales.

 

Año 2009

El censo de osos 2.009 en la Cordillera Cantábrica apunta a una recuperación de la especie  se localizaron 21 osas con cría, 18 en el área de Asturias, Alto Sil (León), Ancares de León y Lugo. Tres de ellas se localizaron en Cantabria, montaña palentina y leonesa oriental. La cifra iguala el record registrado en el año 2.007.

Año 2007

El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) localizó durante el  mes de septiembre de 2.007  en Proaza una osa acompañada por dos crías.

A los «paseos» por el concejo de Oviedo que el Fapas comprobó hace tres años se suma ahora el asentamiento de un núcleo reproductor osero, sin precedentes en los últimos años, en pleno centro de Asturias y a escasos kilómetros de núcleos urbanos.

Así, sumadas a las dos osas que tuvieron crías el año pasado en la zona, el valle del Trubia posee al menos tres hembras con capacidad de reproducción. Hacía más de diez años que el valle del Trubia no tenía oseznos. Para el Fapas, la recuperación de este valle es la mejor garantía de conexión entre las poblaciones oseras.

El oso pardo se recupera en 2.007 en Asturias con un incremento sostenido de la población. Así queda de manifiesto en el libro «Demografía, distribución, genética y conservación del oso pardo cantábrico», editado en el año 2.007  por el Ministerio de Medio Ambiente y la Fundación Oso Pardo. La población del occidente asturiano ha recuperado el declive de los años noventa, con sólo tres osas reproductoras con crías, y el año pasado ya se contabilizaron 15 osas (7 %).

El área oriental registra un crecimiento menor, de aproximadamente el tres por ciento, si bien se ha comenzado a detectar una recolonización en la zona centro, que posibilitaría la apertura de un corredor entre las dos grandes zonas oseras, la oriental y la occidental, que repercutiría en la mejora genética de la especie.

La conexión demográfica de las dos áreas de población es una de las tareas fundamentales que deberán estudiarse a medio plazo para conservar el oso pardo en la cordillera Cantábrica, según concluye el estudio.

En la zona occidental los peores años, a mediados de los noventa, ya han sido superados. Se ha pasado de apenas tres osas en el año 1994 a las 15 contabilizadas el año 2.006.

En la zona oriental hay también datos para un futuro positivo, con la localización de osas reproductoras en Riaño, donde hacía muchos años que no se encontraban.

 

El crecimiento de la población osera en Asturias,  ya suma 140 ejemplares. Los recientes avistamientos de ejemplares en zonas de la geografía asturiana en las que hasta ahora era muy raro ver un plantígrado son un síntoma claro de la recuperación que ha experimentado la especie.

  «Los osos están extendidos en general por la parte central y occidental, desde Oviedo a Quirós y después hasta Ibias, incluyendo los concejos oseros de Pola de Allande, Tineo y Cangas del Narcea»..  Grado, Lena o Aller son algunos de los concejos por donde los osos se han dejado ver e incluso fotografiar.

El plan de recuperación del oso pardo da sus frutos. Roberto Hartasánchez, de FAPAS, considera que «se está consiguiendo, aunque sigue habiendo un grave problema con la población osera en Oriente, sobre todo en la zona de Castilla y León».

La zona oriental asturiana preocupa  mucho a los técnicos asturianos. «Estamos hablando de que la situación sigue igual que hace 18 años cuando se aprobó el plan de recuperación y después de tantos años y 8.000 millones de pesetas invertidos no se nota», afirma el presidente de FAPAS.

La recuperación de plantígrados en la zona oriental, como el concejo de Caso, donde ha tenido lugar alguno de los recientes avistamientos, «ocurrirá, pero va a depender de que la conexión con los osos de la parte occidental sea más fluida a través del corredor natural por Redes, Aller y Lena… Hasta que no sea posible el contacto genético a la subpoblación oriental le costará crecer», comenta Palomero.

En el  verano  de 2.007, unos moscones grabaron con su móvil a un macho joven en los límites del concejo de Grado con Yernes y Tameza. Otros casos sorprendentes son los de los osos avistados en Aller y Caso, concejos en los que era raro ver fácilmente un plantígrado. Los expertos consideran que hay más movimiento porque la población crece.

Así que estos paseos de los osos por zonas antes despobladas por la especie no es nada sorprendente para los que saben de la materia. Guillermo Palomero sostiene: «No hay que extrañarse de que puedan llegar a sitios increíbles». Así que los osos pueden asomar el hocico en cualquier parte.

Año 2004

Los últimos datos publicados en el informe, los correspondientes al año 2004, recogen cómo en la población occidental hubo un total de once osas con oseznos del año, con un total de 23 crías nacidas en ese período.

En la población oriental las cifras son más exiguas: en 2004 sólo se localizaron dos osas con tres oseznos del año. No obstante, el informe señala que hay un dato positivo en la zona oriental: se ha constatado reproducción todos los años.  

Si en 2004 se localizaba por primera vez una osa con crías en la zona central de Asturias (concejos de Proaza, Santo Adriano), siete años después (a lo largo del primer semestre de 2.011) se han avistado cuatro hembras con un total de siete esbardos, «estos datos confirman la evolución positiva de la población de oso pardo y su recuperación en los valles del Trubia».